Navidades deliciosas sin culpas: Tu guía para disfrutar con equilibrio y alegría

La Navidad llega cargada de alegría, regalos, reuniones familiares…

¡y comida por todas partes!

Entre mantecados, turrones y esas comidas de empresa o con amigos interminables, es fácil dejarse llevar por la tentación de comer más de la cuenta. Pero, ¿y si este año apostamos por disfrutar sin que nuestro cuerpo (y nuestra salud) sufran las consecuencias?

No se trata de ser el/la “aguafiestas” de la mesa, ni de negarte a probar el cochinillo de la abuela o ese postre que prepara tu tía con tanto cariño. Más bien, es encontrar el equilibrio para gozar de la buena mesa y, al mismo tiempo, sentirte bien contigo mismo/a. La Navidad no es solo comida; es reencuentro, risas, anécdotas y momentos que recordarás muuuucho tiempo. Acompáñame a descubrir cómo lograr un punto medio entre el disfrute culinario y el cuidado personal.

Aquí tienes un plan para afrontar las comidas navideñas con autocontrol, sentido común y responsabilidad, pero, sobre todo, con mucho cariño hacia ti mismo. ¡Toma nota! 💡

 

1. Planifica antes de lanzarte al festín 🗓️

En Navidad solemos tener un calendario cargado de comidas y cenas: la empresa, los amigos del colegio, la familia cercana, la familia política… ¡un sinfín de eventos! Antes de sentarte a la mesa, vale la pena reflexionar un poco. Pregúntate: ¿Qué es lo que realmente me apetece? Si tu debilidad es ese cochinillo crujiente o el cordero asado, date el gusto. Pero, al mismo tiempo, ¿por qué llenarte con pan, patatas fritas o aperitivos que ni siquiera te gustan tanto?

La idea no es privarte, sino seleccionar con inteligencia. Por ejemplo, si la cena será abundante y llena de tentaciones, haz comidas más ligeras ese día. No es cuestión de «compensar» (esa palabra suena a castigo), sino de «equilibrar». Por la mañana, un buen desayuno con fruta fresca, yogur o una tostada integral con aguacate. A la hora de la comida, una ensalada colorida de espinacas con naranja, o un salteado de verduras con quinoa, te aportará nutrientes y dejará espacio para disfrutar en la noche sin sentirte demasiado lleno.

👉 Truco: Elige las batallas. Si sabes que el plato principal será una delicia, no malgastes tu apetito en picoteos que te quitarán el hambre y añadirán calorías innecesarias. Sé consciente de lo que realmente valoras y disfrútalo sin culpa.

 

2. Porciones pequeñas, placer máximo 🥄

En estas fechas, la tentación de atiborrarse está a la vuelta de la esquina. “Tengo que probar todo porque solo es una vez al año”, solemos pensar. Pero la calidad no depende de la cantidad. Tomar pequeñas porciones de varios platos puede ser la clave. Así saboreas sin empacharte. Es mejor quedarte con las ganas de un pequeño segundo plato que acabar con la sensación de no poder moverte.

La estrategia del plato pequeño funciona muy bien. Si usas un plato más chico, tu cerebro «cree» que comes más cantidad. Suena simple, pero ayuda. Si después de probar un poco de todo sigues con hambre tras esperar unos minutos, vuelve a por lo que más te gustó de verdad, no a por algo porque “ya que está ahí”.

👉 Truco: Tómate tu tiempo mientras comes. Bebe agua entre bocados, charla con la familia, saborea cada bocado. Al final de la comida, esa pausa te habrá permitido disfrutar más y no llegar a la sensación de estallido.

 

3. No te pases con los dulces 🍬

Los turrones, polvorones, mazapanes y demás dulces navideños nos hacen ojitos desde cada rincón de la casa. Es fácil caer en la trampa de picar aquí y allá sin darte cuenta. Al final, cuando lo sumas todo, podrías haber comido tres o cuatro dulces más de la cuenta, casi sin placer consciente.

Sé selectivo. Elige tus favoritos y disfrútalos sin prisas. ¿Te encantan los turrones de chocolate? Prueba un par de trocitos y saborea su textura. ¿Los polvorones no te emocionan tanto? Entonces, ¿por qué comerlos?

Si eres un «goloso empedernido», plantéate preparar versiones caseras con menos azúcar. Por ejemplo, galletas de avena integrales, bombones de chocolate negro con frutos secos o naranjas confitadas. También puedes acompañar el dulce con una infusión de menta, manzanilla o té verde, que te deje un sabor fresco y te ayude a relajarte.

👉 Truco: Deja los dulces para el momento exacto del postre o el café. Tener la bandeja de polvorones en la mesa durante toda la cena es una invitación al picoteo continuo. Si la guardas y la sacas solo al final, lo disfrutarás más y comerás menos.

 

4. Controla las bebidas alcohólicas 🍷

El alcohol es la gran «trampa» calórica de estas fechas. Además, a menudo ni lo contamos como parte de las calorías que ingerimos. Una copa de vino por aquí, otra de cava por allá, algún licor para brindar… Cuando sumas, es un aporte importante y, además, el alcohol desinhibe y puede hacer que comas más de lo que tenías pensado.

Para evitar excesos, alterna entre una copa de vino y un vaso de agua. Si no quieres beber alcohol, hay bebidas sin alcohol muy festivas: sidra natural, kombucha, mocktails (cócteles sin alcohol) con frutas y hierbas aromáticas. Así no te sientes “fuera de lugar” al brindar.

Recuerda que no existe un consumo totalmente seguro de alcohol. Menos es más, tanto para tu hígado como para tu claridad mental al día siguiente.

👉 Truco: Prepárate una jarra de agua con rodajas de limón, hierbabuena o frutos rojos. Es refrescante, apetecible y te ayuda a moderar el consumo de alcohol sin sentir que estás “aburrido” bebiendo solo agua simple.

 

5. Muévete entre banquetes 🚶‍♀️

La Navidad es más que sentarse a la mesa. Entre comida y comida, busca la oportunidad de moverte. Un paseo por el barrio para ver las luces navideñas, un rato de baile con la familia, o incluso salir a patinar o montar en bicicleta con los niños. El movimiento no solo te ayuda a quemar algunas calorías, sino que despeja la mente, reduce el estrés y te hace sentir bien.

Además, ¿quién dice que las reuniones navideñas han de ser solo sentados frente a la mesa? Proponer actividades diferentes es una forma de crear recuerdos entrañables. Un karaoke navideño, un juego de mesa que implique levantarse a coger objetos, o una búsqueda del tesoro para los niños son opciones divertidas.

👉 Truco: Apunta cada día a dar al menos 10.000 pasos. No tiene por qué ser de una sola vez. Un paseo por la mañana, otro por la tarde, pequeñas salidas a comprar el pan o a llevar un recado, todo suma. Piensa en ello como un pequeño regalo a tu salud.

 

6. Sé amable contigo mismo ❤️

Este punto es crucial y a menudo el más olvidado. La Navidad es una época muy emocional: reencuentros, ausencias, nostalgia, alegrías, de todo un poco. Con tantas emociones en juego, la relación con la comida puede complicarse. A veces, comemos más por nervios, ansiedad o tristeza que por verdadera hambre.

No te machaques por ello. Si un día comes de más, no entres en pánico. Nada está perdido. La clave es no convertir un exceso puntual en un patrón constante. Al día siguiente, vuelve a tu rutina normal, a tus comidas equilibradas, a tu vida activa. Sin culpa, sin drama. Recuerda que tu salud no se define por un día, sino por el conjunto del año.

La culpa no ayuda. Es preferible agradecer lo que tienes, la compañía, la comida en la mesa, la posibilidad de celebrar. La gratitud es un antídoto potente contra la ansiedad. Piensa que lo importante no es lo que pasa entre Nochebuena y Nochevieja, sino entre Nochevieja y la siguiente Nochebuena. En otras palabras, tu alimentación y tu salud se construyen día a día.

👉 Truco: Cuando sientas que has comido más de la cuenta y te invada la culpa, respira hondo. Piensa en 3 cosas buenas que pasaron ese día: una conversación con un familiar al que no veías hace tiempo, la cara de tu madre riendo con tus chistes, o ese momento mágico con tus hijos abriendo regalos. La comida es solo una parte de la fiesta, no lo es todo.

 

7. Crea un menú equilibrado si eres anfitrión 🍲

Ser el anfitrión no es tarea fácil. Quieres agradar a todos, ofrecer lo mejor, lucirte en la cocina. Pero esto no implica atiborrar la mesa solo con platos pesados y dulces empalagosos. Puedes equilibrar el menú con opciones más ligeras, frescas y sabrosas.

  • Entrantes saludables:
    • Hummus con crudités (receta)
    • Brochetas de tomatitos cherry y queso fresco (receta)
    • Ensalada de rúcula con granada y nueces (receta)
    • Guacamole casero con crudités (receta)

Estos entrantes no solo son deliciosos, también aportan color y nutrientes.

  • Primeros platos equilibrados:

Opciones calientes, reconfortantes y ligeras. Añade hierbas aromáticas para darles ese toque gourmet.

  • Segundos platos variados:

Además del plato principal tradicional:

también podemos ofrecer una opción vegetariana o vegana:

    • Berenjenas rellenas de verduras, setas y quinoa (receta)
    • Coliflor especiada (receta)

Aunque no todos opten por ellos, muchos agradecerán tener opciones más ligeras.

  • Postres caseros más sanos:

No se trata de renunciar al dulce, sino de presentarlo de forma más amable con el cuerpo.

👉 Truco: Añade color a tu mesa. Los colores vivos (rojo de la granada, verde de la rúcula, naranja de la calabaza) despiertan el apetito y hacen que la presentación sea más atractiva, dando una sensación de abundancia sin recurrir solo a platos pesados.

 

8. Apuesta por la variedad y el sabor natural 🌈

La Navidad es una oportunidad para descubrir nuevos sabores, no solo para caer en los de siempre. Anímate a incorporar frutas y verduras de temporada en tus menús. La mandarina, la naranja, la granada, la lombarda, las alcachofas o las setas pueden convertirse en las estrellas de tus platos.

La variedad de colores en tu menú no solo hace que la mesa luzca preciosa, sino que además aporta diferentes nutrientes. Una dieta variada es más nutritiva y satisfactoria. Y recuerda que lo «saludable» no está reñido con lo «rico». A veces, añadir hierbas aromáticas, especias como la canela, el clavo, la nuez moscada o una pizca de ralladura de limón puede transformar un plato sencillo en una pequeña obra de arte gastronómica.

 

9. Disfruta del proceso, no solo del resultado 🎉

La comida navideña no es solo el momento de sentarse a la mesa. Piensa también en el placer de prepararla, en la conversación mientras picas verduras junto a tu pareja, en el olor del horno mientras las gambas se doran, en el sabor dulce que deja en la casa la canela o el chocolate.

A veces, centrarnos solo en «comer, comer, comer» nos hace perder el disfrute previo: la decoración de la mesa, colocar las velas, elegir la música de fondo, pensar en los juegos para después. Si das valor a todo el proceso, no necesitarás comer en exceso para sentir placer. El disfrute empieza mucho antes del primer bocado y termina mucho después del último.

 

10. Regala bienestar 🎁

La Navidad también es época de regalos. ¿Por qué no regalar algo que invite a cuidarse? Un libro de recetas saludables, un set de especias exóticas, una suscripción a una caja de verduras orgánicas, clases de yoga online, un plan de asesoramiento nutricional con un dietista para una carrera (yo, ahí lo dejo, sólo es por dar ideas 😅) … Pequeños obsequios que transmiten que la salud y el bienestar son un valor importante.

Estos regalos pueden motivar a tus seres queridos (y a ti mismo) a mantener un estilo de vida equilibrado más allá de las fiestas. Así, el buen hábito no se queda en diciembre, sino que te acompaña el resto del año.

 

Conclusión: disfruta con equilibrio ✨

La Navidad es para celebrar y compartir, para crear recuerdos, reír con la familia, cantar villancicos y sentirte afortunado por la compañía. La comida es una parte esencial, sí, pero no es la única. Disfruta de tus platos favoritos, saborea cada bocado con conciencia. Escucha las señales que te envía tu cuerpo: si te sientes lleno, para; si algo no te entusiasma, no lo comas por compromiso.

Lo importante no es la cantidad que comas, sino cómo lo vives. Deja de ver el comer con culpa o miedo, y míralo como una experiencia más de la celebración. Al final, lo que recordarás no serán los gramos de turrón que comiste de más, sino las risas, las conversaciones y el calor humano que llenó tu hogar.

Lo importante no es lo que pasa entre Nochebuena y Nochevieja, sino lo que pasa entre Nochevieja y Nochebuena. 

¡Que estas fiestas sean tan deliciosas como saludables! 🎅✨

 

Referencias Bibliográficas 📚

  • Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). Recomendaciones para una alimentación equilibrada.
  • Fundación Española de la Nutrición (FEN). Artículos sobre alimentación en fechas festivas.
  • Revista Española de Nutrición Humana y Dietética (2023). Consejos para moderar los excesos en Navidad.

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Jose Arnedo

Dietista

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