¡¡ La Pastilla que lo cambiará todo !!
Te voy a hacer una serie de preguntas, no te preocupes, serán pocas, claras y concretas:
- ¿Estarías interesado/a en un medicamento, en una pastilla que te quitase esos kilos que te sobran, arreglase ese problema que tienes con la ansiedad o hiciese desaparecer el dolor de espalda que arrastras durante años en cuestión de unos días?
- ¿Y si no tuvieses que hacer apenas esfuerzo, prácticamente siguiendo tu rutina habitual, quedándote en el sofá viendo una película en la televisión?
- Si aumentara tu rendimiento en cualquiera que sea el deporte que practicas…. ¿¡¡ ya sería la leche verdad !!?
Seguro que estás interesado, es la solución que millones de personas están esperando, así de fácil y sencillo.
¿Ya sabes la respuesta verdad?
Que No Existe, pero la población se comporta como si fuese a existir en breve, de ahí las estadísticas actuales de Sobrepeso y Obesidad en España:
Datos fueron publicados en 2017 por la Revista Española de Cardiología
Al mismo tiempo, si siguiese la tendencia actual, los datos previstos para 2030 ponen “los pelos de punta”.
Sí sí, pensarás que eso son estimaciones, que eso no llegará, pero igual opinaban hace 30 años y mira dónde estamos ahora.
Los datos para el resto de países desarrollados no pinta mucho mejor. En países como Chile o México se les está yendo de las manos, sobre todo en lo que respecta a la población infantil.
En Europa, no vamos mucho mejor.
LA HISTORIA DE LA MEDICINA EN ESPAÑA
Vamos a hablar un poco de Historia, de la Historia reciente de España, de los últimos 100 – 120 años. En la que el mundo, en su conjunto, avanza a pasos agigantados tanto en la salud, como en la industria, el transporte, etc…
El gráfico es bastante claro y explicativo, pero vamos a centrarnos en varios aspectos en los que, quizás, no te hayas fijado, y que son de grandísima importancia:
- En 1.900 se tiene de una esperanza de vida de unos 40 – 45 años, debido al escaso desarrollo de los avances en la medicina y de una sociedad eminentemente rural, dónde las desigualdades entre clases sociales era más que evidente.
- Debido a ese poco desarrollo de la medicina, una gripe como la del 18-19 fue fatal.
- Pero llegan los años 20, se descubren las vacunas contra la Tuberculosis, el Tétanos, la Tos Ferina y la Difteria, así como la Penicilina. Es aquí donde, del 22 al 36 aproximadamente, se reconoce la importancia de la higiene en el ámbito de la sanidad y su relación con los virus y bacterias (ya comentada por Louis Pasteur años atrás), mejorando las técnicas y condiciones en los partos, de ahí, en su conjunto, que la esperanza de vida pasase de los 40/45 años a comienzos de 1920, a los 55 años en 1936.
- No hace falta señalar lo que sucedió en el 36, una guerra asoló todo un país.
- Después de la contienda, con un país destruido, comienza su reconstrucción y el bando ganador implementa mejoras en el alcantarillado, en la construcción de hospitales, presas, mejoras en las comunicaciones, el transporte, etc… Es aquí, entre los años 43/44 hasta comienzo de los ´60 cuando se da el verdadero cambio en la esperanza de vida de los españoles: aumenta de los 55 años anteriores tras la Guerra Civil hasta los 70 años aproximadamente a comienzo de 1960. En apenas 15 años aumenta nuestra esperanza otros 15 más. Quédate con éste dato.
- Llegan los “prósperos” años ´60. España se abre al turismo, a “lo moderno”, a los avances traídos desde fuera de nuestras fronteras (televisores, auge de los automóviles, ocio, etc..), junto con sus nuevos hábitos: Tabaco, alcohol, etc… Florece la industria, y “todo va mejor”. Ese estilo de vida, lleno de avances, nos hace aumentar las condiciones de esperanza de vida lineal y progresivamente hasta los 84/86 años que tenemos en nuestra actualidad.
Pero todas esas comodidades… no son gratis. Porque seguimos siendo una sociedad de costumbres, y en cuanto a lo culinario, seguimos pensando que tenemos los mismos o más requerimientos que hace 100 años, cuando en el resto (horas y tipo de trabajo, movimiento diario, etc.) lo hemos reducido y/o “acomodado” de forma muy drástica, abandonando las técnicas de cocinado que utilizaban nuestras bisabuelas en pos de la comida rápida, accesible, abundante e hiperpalatable.
RECUERDA LOS DATOS ANTERIORES
Te hago un resumen: Los años en que más aumentó la esperanza de vida, sí es cierto que hubo avances en la medicina, por supuesto, pero el factor más importante no fueron los medicamentos, no, fueron los protocolos sanitarios que se introdujeron, principalmente, junto con las políticas sociales tras la guerra civil.
No estoy diciendo que la vacuna del Tétanos no fuese importante, claro que lo fue, esa y todas las demás, sino que, gracias al aumento de la limpieza y la higienización del instrumental y las salas de maternidad, así como en los procedimientos médicos en general (vamos, el simple hecho de lavarse las manos antes de entrar a un quirófano), salvaron miles de vidas, tantas o más que con los medicamentos. Acciones cotidianas y que ahora vemos tan sencillas y accesibles, en aquella época y contexto, no se practicaban con la regularidad que se hacen ahora.
Así como las políticas sociales tras la post-guerra: la construcción de más centros médicos, la creación de la Seguridad Social tal y cómo la conocemos en la actualidad, la sanidad pública accesible para todos, la creación de más parque y jardines, centrales eléctricas, las mejoras en el transporte y acceso a la comida y otros servicios básicos, junto con otros muchos avances más, fueron el gran avance en la esperanza de vida actual.
¿DEBEMOS RENUNCIAR A TODOS LOS TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS ACTUALES?
La respuesta es clara, NO.
No hay que renunciar a todos esos maravillosos avances que tantos y tantos esfuerzos han costado, claro que no, pero de ahí a tener que “depender” de ellos, a dejar en sus manos una RESPONSABILIDAD (lo remarco en mayúsculas) que nos corresponde a nosotros como individuos, hay un mundo.
Por eso te escribía ese título al comienzo del artículo, porque se cree que la “sociedad actual”, el Gobierno, las instituciones, o quien quiera que sea, tiene la responsabilidad de ello. Al igual que en éste preciso momento, en una Pandemia que pasará a la historia, los Gobiernos, las instituciones sanitarias se deben encargar de ello, por los medios que poseen y porque “para eso están”, creemos que con todo debe de ser igual, y créeme, no es así.
Tuya, principalmente, es la responsabilidad, el empoderamiento, de hacer algo por tu vida, por mejorarla, pon conservarla. De nada sirve que tu ayuntamiento haga una pista de atletismo, unas piscinas cubiertas, etc., si luego tú no las utilizas. No mandes “balones fuera” diciendo que “no hay horarios”, que “no tengo material”, que “tal o cual escusa”.
No. Puedes y deberías hacer cualquier tipo de actividad, ya sea en grupo, con tus amigos o familia, tú sólo o sola, que sea deporte como tal (correr, montar en bici, etc.), o llevar una vida más activa (subir escaleras, ir al trabajo caminando, trabajar la mayor parte del tiempo de pie, etc…), así como una mejor calidad en tus relaciones sociales, haz lo que sea que esté en tu mano y se adapte a tu estado actual.
Esa pastilla o medicamento no existirá, de momento a corto plazo, así que tendrás que tomar cartas en el asunto si quieres prevenir o revertir uno o varios problemas de salud, ya sea con tu peso, dolencias físicas o patologías de alguna índole.
Aunque la mayor parte de esa responsabilidad es tuya, no está completamente en tu mano conseguirlo. Te hablo de que hay aspectos de la salud en los que no podemos intervenir, la genética, por ejemplo, y otros en los que “no sabemos todavía” (nos encargaremos en próximos artículos), afrontar: publicidad, aditivos alimentarios, etc..
Céntrate en lo básico que sí puedes modificar, en esos hábitos de vida que, con un poco de esfuerzo y constancia, está en tu mano cambiar, con ayuda de profesionales si lo necesitas: psicólogo, dietista, entrenador personal…
Comienza por salir mañana a caminar, si no lo hacías ya, o a hacer deporte, por ejemplo. Ésta misma noche, o por qué no, en éste mismo instante, dile a alguien que aprecies, a tu pareja, a tu madre, hermano o vecino, que le quieres, eso también es parte de ese cambio emocional, importantísimo en el ritmo de vida desenfrenado actual.
“No sólo de comida se compone el problema”, hay que gestionar otros factores: deporte, hábitos de vida, etc. en la medida en que me sea posible.
Como una vez me dijo Robert A. Heinlein:
“cuando uno enseña, dos aprenden”.