“Ahora ya sabes, hay que cerrar “el pico”. Mucho verde, pescadito hervido y a salir a correr a tope, como si no hubiera un mañana, esto hay que arreglarlo cuanto antes, que sino el vaquero del año pasado no me entra”.
REMORDIMIENTOS Y OTROS MALTRATOS PSICOLÓGICOS
Ésta afirmación correspondería a una persona promedio, ya sea hombre o mujer, de mayor o menor edad, de un estatus social y económico medio. Si bien se ha marchado de vacaciones o se ha quedado en casa éste verano, entre el confinamiento (ansiedad al estar más tiempo en casa, comer por aburrimiento, etc.) y esa inactividad, o sobre-actividad (con sus conductas compensatorias asociadas (“como he salido a andar-correr me merezco esa bolsa de patatas fritas y una cerveza bien fresquita”, por ejemplo), han ganado unos “kilillos”.
Ahora es temporada de “Dietas milagro”, (ya sea Detox, de la piña, la alcachofa o cualquier otra cosa que suene bien).
Esa misma dieta que vienes practicando casi religiosamente todos los meses después del verano, Navidades o fiestas de guardar.
Varias cosas tienen esas dietas, que, si haces memoria, reconocerás que todas te sirvieron para lo mismo:
- Pasar hambre (Muuuuucha HAMBRE)
- Estar “a la que salta” con todo aquel que te rodea y pretende dirigirte una palabra.
- Verte falto/a de energía (todo el día arrastrando los pies, ya no te digo nada si pretendes empezar a hacer deporte)
- Pérdida de peso en poco tiempo. Sí, perder peso perderás, ¿pero de qué?:
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- Grasa → ¡¡ eso quisieras tú !!
- Masa muscular → posiblemente
- Agua → confirmado
Te podría estar relatando un sinfín de cosas que te pasarían si optases por seguir ese tipo de estrategias, todas malas excepto esa que te he comentado de pérdida de peso, un número poco relevante en una báscula, el cual poco dice de ese tipo de pérdida, de sus consecuencias a corto-medio plazo, de tu estado de salud y de mil cosas más.
Resumido en una gráfica:
NO QUIERO PROBLEMAS, QUIERO SOLUCIONES.
Al igual que un fumador sabe que el tabaco es malo, nosotros sabemos que un exceso de peso, no nos hace ningún bien.
Ante la indefensión de no saber cómo hacerlo, nos ponemos en manos de los anuncios de famosos en la tv, o por cualquier otro medio, de “soluciones maravillosas”, ya vengan como batidos Detox, pastillas adelgazantes, dieta de “fulanito o menganito”, etc…siempre con una característica en común: ser una dieta muy agresiva, de “choque”, y con un trasfondo económico de por medio, claro.
Así, que la mejor recomendación que te puedo hacer es que te pongas en manos de un profesional de la Nutrición, el cual estudiará tu caso en concreto, con todas las connotaciones personales de cada persona, que o son pocas. Tus hábitos en cuanto al número de comidas, horarios, preferencias y gustos, actividad diaria, tanto laboral como deportiva, y un sinfín de aspectos más.
Debemos de trabajar un “todo”, no atacando simplemente a un/os factores en concreto, porque no sólo las calorías importan, sino que la solución viene dada por una suma de muchos factores, que unidos entre sí, nos ayudarán a conseguir esa meta que perseguimos.
Ahí introduciremos un plan nutricional (me gusta más que la palabra dieta, ésta última tiene muchas connotaciones negativas), adecuado a la situación concreta, ya que no es lo mismo tratar un ligero sobrepeso que una obesidad, equilibrando la ingesta y el gasto energéticos e introduciendo hábitos de vida encaminados a una mejor salud.
Recuerda desterrar de tu mente la asociación “maléfica” de la palabra dieta, que, por cierto, adquirió ese componente negativo cuando la gente comenzó con el boom del culto al cuerpo (ese tema lo tocaremos en otro artículo, del concepto de belleza a lo largo de los años), asociándolo a una restricción calórica, que puede no ser así, ya que la persona puede estar buscando un aumento de su complexión también haciendo una “dieta”.
Así que prepárate para disfrutar con la comida, darle el valor social, hedónico (placer)…que merece, sin que sea una obsesión diaria, que ya tenemos bastantes cosas en el día a día como para que esto sea un peso más en nuestra “mochila” particular.
Nos leemos pronto.
Un saludo.